El calor era abrasador. En medio de la
oscuridad sólo veía un tenue resplandor, que poco a poco se iba apagando...
Abrió los ojos, todo era oscuridad en su
habitación, sólo un pálido reflejo del alumbrado público se intuía tras el
cortinado del ventanal que daba hacia el balcón. Su cuerpo, empapado de sudor,
aún estaba tenso, sin que él comprendiera la razón...
Extendió su mano y encendió la luz del
velador... El radio reloj digital marcaba las 01:34. Pensó en ella, en ese
adiós que se había hecho explícito a través de su último llamado.
De un salto, salió de la cama... Fue
hacia el baño, se quitó los boxer, abrió el grifo y se ubicó bajo la lluvia de
agua tibia, tratando de quitarse todas las extrañas sensaciones que surcaban
por su cuerpo.
Mientras se secaba, decidió salir a tomar
algo en algún pub de la city, donde solía encontrarse con amigos. Una vez vestido y perfumado con su
fragancia favorita, tomó su iphone, la billetera, las llaves del auto y bajó
por el ascensor hasta la cochera.
Puso el auto en marcha, buscó un CD de música
suave, y arrancó despacio, saliendo lentamente a la calle, totalmente desierta
a esa hora.
Luego de recorrer unas pocas cuadras,
subió a la autopista y, yendo por el carril medio, se ajustó el cinturón de
seguridad y pisó un poco más el acelerador hasta llegar a los 90 km/h. La noche era cálida, unas pocas nubes
corrían lentamente por el cielo. El transito era escaso a esa hora y, los pocos
que viajaban en su misma dirección, lo hacían a gran velocidad por el carril
izquierdo.
Él iba canturreando la canción que sonaba
desde el estéreo, cuando un reflejo lo hizo mirar el espejo retrovisor. Un
conductor que venía acercándose muy rápidamente le anunciaba el sobrepaso con
señas de luces.
Imprevistamente, cuando el otro
automóvil lo sobrepasaba por izquierda, una tercera luz salida de la nada intentó pasar
por el pequeño espacio que quedaba entre los dos automóviles.
Por instinto, giró el volante hacia la
derecha, para evitar la colisión, y así darle paso a la motocicleta que pasó
como un rayo y se perdió en el horizonte.
Con esta maniobra, su auto salió
despedido hacia el guarda-rail. El choque con el mismo fue inevitable e hizo que diera un tumbo, pasándolo por
encima y cayendo con las ruedas hacia arriba en el terraplén que
bordeaba la autopista...
Él sólo escuchó un estruendo... El calor
comenzó a ser abrasador, mientras un tenue resplandor se apagaba lentamente y
se convertía en total oscuridad....